El sexo es una huida hacia delante. Una huida precipitada y aparentemente ineficiente desde el punto de vista evolutivo. Pero un estudio de la Universidad de Indiana parece probar ahora una hipótesis establecida hace cuarenta años por el biólogo
Leigh Van Valen:
El sexo da la razón a la Reina Roja (Público)
La
Hipótesis de la Reina Roja es una hipótesis evolutiva que utiliza como ejemplo ilustrativo un pasaje de la novela
A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, donde la Reina Roja explica a Alicia que para mantenerse en el mismo sitio hay que correr todo lo que se pueda.
Algo parecido pasa con la reproducción sexual. Aunque aparentemente la autoreproducción es más eficiente, en la naturaleza se observa una gran afición por el sexo y son muy numerosas las especies que se decantan por este método para crear nuevos individuos. La razón es que la reproducción sexual permite a las especies escapar de los parásitos invasores. La mezcla de ADN, aun siendo ineficiente, hace que los parásitos encuentren más dificultades para adaptarse a los cambios. Las nuevas generaciones son resistentes a las infecciones de sus padres, y para cuando los parásitos evolucionan, la especie ya ha avanzado un poco más creando generaciones genéticamente distintas.
Es decir, que la reproducción sexual puede parecer una chapuza, pero cumple su función, que no es otra que burlar a la extinción.