Recreación del detector ASS anclado a la estación internacional |
El último viaje del transbordador Endeavour, que pondrá fin a las misiones con estas naves, llevará en sus bodegas un gran detector de rayos cósmicos que colocará en la estación espacial internacional (ISS).
La física de partículas se pone en órbita para captar rayos cósmicos (El País)
El Endeavour ultima su viaje final a la ISS con el 'cazador' de antimateria (europapress)
En la atmósfera se producen choques en cadena |
Pero, ¿cuál es la ventaja de estudiar la radiación cósmica desde la estación espacial internacional? Cada segundo recibimos sobre la superficie de la Tierra gran cantidad de partículas procedentes del espacio, muchas de las cuales atraviesan nuestro cuerpo sin que nos demos cuenta. Sin embargo, muchas de ellas interaccionan antes con las partículas de la atmósfera, transformándose en partículas distintas y perdiendo energía en los choques. Bajo una capa de gas de decenas de kilómetros de espesor la radiación que recibimos ha cambiado bastante, afortunadamente para nuestra salud. Al situar el detector fuera de la atmósfera se pueden estudiar los rayos cósmicos sin que atraviesen ese gran filtro gaseoso.
Evitar la atmósfera es esencial para uno de los objetivos del AMS: detectar antimateria. La antimateria tiene la curiosa cualidad de que cuando una antipartícula se encuentra con su correspondiente partícula de materia ordinaria, ambas se desintegran y emiten luz. Es facil imaginar que un positrón que viaja por el universo y llega a la atmósfera terrestre, llena de átomos de gas, no tardará en chocar con algún electrón y se desintegrará sin dejar más rastro que dos fotones.
Recreación del detector AMS en su futura localización en la ISS |
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